El frío aprieta y no nos da tregua y quizás la ruta sea más corta de lo que nos gustaría, pero como suele decirse «al mal tiempo buena cara». Una alternativa, si el tiempo no acompaña y nos encontramos en un espacio natural protegido, es la visita al Centro de Interpretación del lugar en cuestión. Nos ayudará a entender mejor el ecosistema en el que nos encontramos, por qué hay lagunas,cómo se crearon, qué animales habitan allí…La Rioja aunque es una región reducida en tamaño, por contra resulta ser extensa en cuanto a diversidad natural se refiere. La rica variedad de especies de fauna, flora y paisajes existentes en la región: la Sierra de Cameros, salpicada de pino negro, robles y hayedos, la singular belleza del Camero Viejo, con cortados rocosos repletos de buitre leonado. Una pizca de paisaje alpino, en cuyas cimas alberga las imponentes lagunas de Urbión. La Reserva de la Biosfera que abarca la cultura y naturaleza de cuatro importantes valles riojanos Leza, Jubera, Alhama y Cidacos. Y no podemos pasar por alto las riberas del tramo bajo del Ebro donde se sitúa la Reserva Natural de los Sotos de Alfaro.
La mayoría de estos enclaves naturales y culturales cuentan con centros de interpretación, aulas de naturaleza o centros de visitantes, como se les quiera denominar, donde se ofrece al viajero información detallada, en profundidad sobre el lugar en el que se encuentra. Generalmente estos centros son gratuitos o tienen un precio simbólico (en aquellos de iniciativa privada), que no suele ser demasiado alto.
Los Centros de Interpretación de la Naturaleza se convierten en punto de partida para recorrer los espacios naturales o para entender un determinado paisaje o la acción que el hombre ha ejercido sobre él. Son puntos didácticos que ofrecen una información sencilla, amena, divulgativa y pormenorizada sobre lugares de especial relevancia, tanto por la fragilidad de sus ecosistemas como por lo valioso de sus yacimientos o restos históricos.
Algunos de estos centros se ayudan y complementan con actividades como visitas guiadas como las que se suelen ofertar en espacios protegidos como la Reserva de los Sotos o el Parque Natural Sierra Cebollera.
En otros casos se imparten cursos, se desarrollan seminarios, campos de trabajo o se crean juegos interactivos para que el visitante se involucre. En definitiva a través del conocimiento se pretende incitar a la conservación y el respeto de la naturaleza y la cultura de una tierra.